Apuntate aquí si te interesa seguir este blog

viernes, 8 de julio de 2011

No lo hemos cuidado

Las cosas se estropean cuando no se cuidan. Uno se acostumbra a ellas, se acomoda, las da por hechas. Al principio como son nuevas las cuidas mucho y después enseguida te acostumbras a ellas y ya no son nuevas, no te parecen tan bonitas, da uno por hecho que haga lo que haga van a seguir ahí. Como ese día hice tal cosa y seguía ahí... Como tal día dijo que se iba pero siguió ahí... Uno se acomoda.

En qué punto un sentimiento se rompe. En qué punto el daño necesita cuidados urgentes. En qué punto ya no tiene remedio. En qué punto ya es tarde. No se sabe hasta que ya fue tarde. Ya murió. Ya fue. Es ridículo intentar ocultárselo a uno mismo. Uno sabe que aquello que había ya no existe. Se puede echar la culpa a uno de los dos. Se puede, y el otro pensará que es una injusticia, y tal vez lo sea. Ahí ya entra cada uno con su razón. Pero eso va a dar igual porque no va a cambiar nada y no va a recuperar al muerto. El muerto, lo que antes era nuestro amor, está ahí, muerto, totalmente muerto, inerte, frío, duro como los muertos.

¿Porqué uno quiere verlo y otro no? No sé. Tal vez unos tengan más miedo a estar solos. O unos estén más acostumbrados a estarlo que otros. O unos temen más a la hipocresía que a la soledad y otros al contrario prefieren un amor muerto a estar solos. Pero el muerto está ahí y hay que enterrarlo. No se puede andar paseando a un muerto como si aún estuviera vivo y haciendo como que no nos dimos cuenta de que está muerto. Es una locura. No se puede vivir así. A mí la soledad me da miedo, como a todos, pero me da más miedo vivir entre cadáveres. La soledad al menos es real, es mía y está viva, aunque no me guste.

Es tan triste. Duele tanto. Pero se pasa. Lo sabemos porque al final a todo el mundo se le pasa. ¿Pudimos remediarlo? ¿Quisimos remediarlo? ¿o nos daba igual y por eso lo dejamos morir?. Intenté reanimarlo, zarandearlo, hacerle el boca a boca unas cuantas veces, pero fue inútil. Ya no tengo nada más que intentar. No sirve de nada porque le hablo y ya no me oye. La que era yo para él ya no existe. El que era él para mí tampoco. Ya no somos los que conocimos entonces.

Ya no queda mucho más que hacer. Recoger las cosas y marcharse en silencio, cada uno a su soledad, de la que vino. Reencontrarnos cada uno con lo que éramos cuando en vez de dos eramos uno y uno. Reencontrarnos cada uno con el individuo sólo que era, y volver a empezar desde ese punto pero sabiendo más cosas para intentar no volver a equivocarnos. O no volver a equivocarnos tanto.

¿Cuánto dura realmente un amor? Depende, pero no es necesario alargarlos y estirarlos más de lo que dan de sí. La vida es demasiado breve para tener amores pequeñitos y andarlos estirando. Mejor esperar el gran amor o morir sola habiéndolo intentado al menos.


Hola hispanohablante. Me interesan mucho tus experiencias similares  y tus opiniones. Desde España, desde América Latina o desde donde quiera que estés, te pido que compartas tus comentarios. ¡Escribe lo que estás pensando! Con educación y respeto por favor.

2 comentarios: