Apuntate aquí si te interesa seguir este blog

lunes, 4 de julio de 2011

Esa señora me suena

Recuerdo aquella tarde. Era primavera y yo tenía 39 años. A toda mujer le llega ese momento tarde o temprano. En mi caso ocurrió en El Corte Inglés de Raimundo Fernandez Villaverde. Eran las cinco de la tarde o por ahí y yo iba sola, mi ex iba delante con la niña y yo tuve un instante para verme en el espejo de las escaleras mecánicas. Pero verme no en plan “voy a verme al espejo” y te preparas y pones cara de verte al espejo. Sino verme en plan que vas mirando para adelante atontada con la espalda apoyada en la barandilla de la escalera mecánica y te encuentras con una imagen frente a ti. Entonces ves una señora cansada, mayorcita, vamos lo que viene a ser una señora, de toda la vida (no una chica). Y piensas rápidamente “una señora” pero este pensamiento es rápidamente interrumpido por un sentimiento de asombro mezclado con sorpresa. Te miras y te remiras y te das cuenta de lo que tienes delante: esa señora soy yo. No es una señora, bueno sí, sí es una señora, que soy yo, que ya no soy una chica sino que soy esa señora de ahí. De repente vuelves a tomar conciencia de dónde estás, de con quién y de para qué has ido. Te hablan, y tú sigues mirándote y mirándote en un espejo y otro de todos los tramos de las escaleras mecánicas. Ahora ya estás poniendo cara de “voy a verme al espejo”, pero esa imagen de la señora que has visto antes ya no se borra de tu mente. La información ya se ha recibido. Soy una señora.


Bien, ante este momento que vive toda mujer tarde o temprano, existen dos opciones:


Opción A: pues claro, normal, treinta y nueve años lo normal es parecer una señora qué quieres hija y seguimos con lo que estábamos y se acabó aquí el tema.


Opción B: gastarte una pasta en “tratamientos”.


En mi caso opté por la opción B. Siempre me han gustado las mechas y los tratamientos.


Al principio era muy fácil. Como buena devoradora de artículos de estética tanto en internet como en revistas, me dije: esto tiene fácil arreglo. Con un botox se soluciona. Dos veces al año y asunto arreglado. Vas a la clínica que te recomendó fulanita y allí te plantas, firmas lo que haga falta incluido que si te cortan una pierna por error es todo responsabilidad tuya (lo firmas además encantada), y sales de allí con tu botox convencida de que has hecho lo mejor que podías haber hecho en tu vida. Próximo desembolso dentro de seis meses. Así tiras unos dos años y ya tienes cuarenta y uno. ¡Y estás de suerte! (tu bolsillo no tanto). Para esas líneas que te salen alrededor de los labios que según la doctora son de fumar, o del sol o de reirte o de comer o de beber o de decir “uuuuu” (para mí que son simplemente de tener 41 años), pues ¡existe otra cosa supermegaguay!. Se llama acido hialurónico y es completamente compatible con el botox que por cierto ya “solo” vale 400 pavos así que con ese ahorro de doscientos pues ¿quién no puede echarse un poco de hialurónico de vez en cuando? Total eso es “solo” cada año y medio o dos años.




Así que tiras tan contenta para casa con todos tus potingues ya inyectados y rezando para que no descubran que dan cancer o que se cae la nariz al cabo de veinte años.
Sigues más o menos así, con el gasto controlado, con el botox porque del hialurónico no notaste nada, bueno sí, notaste que tenías trescientos cincuenta euros menos en la cuenta, y como la medicina estética es maravillosa maravillosa y sólo piensa en tu bien, al cumplir los cuarenta y tres vas a por tu botox veraniego para no salir en las fotos como un acordeón, ¡¡¡y te dan una noticia fantástica!!!


Pues claro que sí, ha salido un nuevo tratamiento. Se llama radiesse y es justo lo que necesitas para por fin dejar de ser fea o resultona y pasar a engrosar la lista de las bellezas. Es un mejunje también super natural, reabsorbible, inocuo, que hace que produzcas más de tu propio colágeno y que te hace muchísima falta porque si no en cuestión de dos años se te habrá caido la cara y parecerás un tai pei. Así que sales de allí con tu botox pero nada contenta porque claro, tienes que echar cuentas a ver si prefieres parecer un taipei o dejarte en septiembre otros 300 euros en el radiesse que te hará parecer lo que eres ahora pero más tiempo. Si no estás muy loca esperas a ver si te devuelve hacienda. Si estás un poco más loca te tiras de cabeza a por el radiesse no se vaya a acabar y se te descuelgue toda la cara durante el verano.


Voy a meterme en devoluge a ver si me ha devuelto hacienda.


Hola hispanohablante. Me interesan mucho tus experiencias similares  y tus opiniones. Desde España, desde América Latina o desde donde quiera que estés, te pido que compartas tus comentarios. ¡Escribe lo que estás pensando! Con educación y respeto por favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario