Las cosas no son nada
aburridas en mi vida ya que churri y yo nos hemos de nuevo reconciliado. Ya va
la segunda. Ya hemos decidido no regañar más porque por muy en desacuerdo que
estemos luego nos echamos mucho de menos. Y también, hemos pensado no
regañar más por una cuestión práctica, dado que las incursiones que he hecho
por el ciber mundo de buscar pareja han sido desoladoras. Mucho trabajo de
conocer gente, filtrar por tipos de gente, leer mensajitos, tener
conversaciones por chat y después de tres semanas quedar para ver que no tienes
absolutamente nada que ver con ese tío. Vamos, alguno como amigo me cae muy
bien, pero el amor no se encarga. No sé si alguien logra que surja la química
en esos canales pero yo he vuelto a fracasar en ello y ya es la segunda vez. El
que dijo que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra
erraba: la mujer también tropieza. Pero bueno la experiencia tampoco ha sido
traumática y ya estamos otra vez donde lo dejamos. Ninguno ha cedido ni un
centímetro de sus exigencias así que cuando digo otra vez donde lo dejamos interprétese
esto al pie de la letra.
Bien, pues esto en lo que se refiere a lo sentimental.
En el tema económico super contenta, ya que esta semana me
ha costado el coche cuatrocientos euros casi. Qué bonito ¿verdad? Son esas
cosas que te hacen feliz: soltar pasta así de golpe sin llevarte nada a casa.
Sí, te llevas el coche arreglado pero como el coche ya lo tenías y lo que le
han arreglado tampoco lo ves, pues te vas a casa con 400 euros menos y con cara
de paisaje. Cuando hacía las revisiones en Feu Vert, la cara de paisaje iba
además acompañada de un resquemor. Nunca tenía muy claro si me habían tomado el
pelo. Después, cuando encontré el taller Tutto, ya ví que sí, que en Feu Vert
me timaban, porque me habían intentado arreglar una cosa de la luz del motor,
que se encendía no sabemos porqué, y estuvieron tres años que lo llevaba y eran
incapaces de arreglarlo y me soltaban unos rollos impresionantes. De repente
hace dos años lo llevo por primera vez a Tutto y el tío el primer día mientras
le cambia el aceite ve que hay un cable cortado, me lo arregla, y nunca nunca
más se ha vuelto a encender la luz del motor. Y claro, yo cuando le escuchaba
decirme lo del cable cortado le pregunto:
_ “Pero Tutto, ¿ese cable está muy escondido?”
_ “¡Qué va! Si esto va aquí!”
Y me lleva al coche con el capó abierto y me enseña el cable (el bueno), y con el cable roto en la mano me indica que ese cable roto estaba ahí, a la vista de cualquiera, incluso a la vista mía. Si era capaz de verlo yo que veo un coche con el capó abierto y de lo poco que entiendo aquello me dan ataques de ansiedad…. ¿COMO COÑO NO HAN SIDO CAPACES DE VERLO EN FEU VERT EN NINGUNA DE LAS TRES REVISIONES QUE ME HAN HECHO? Es tremendo. Cuando eres ignorante en un campo concreto, te toman el pelo como les da la gana. Después ya fui viendo otro montón de cosas que no habían hecho bien, o que podían haber hecho mejor, o que habían hecho directamente mal, y ya me quedé en Tutto.
_ “Pero Tutto, ¿ese cable está muy escondido?”
_ “¡Qué va! Si esto va aquí!”
Y me lleva al coche con el capó abierto y me enseña el cable (el bueno), y con el cable roto en la mano me indica que ese cable roto estaba ahí, a la vista de cualquiera, incluso a la vista mía. Si era capaz de verlo yo que veo un coche con el capó abierto y de lo poco que entiendo aquello me dan ataques de ansiedad…. ¿COMO COÑO NO HAN SIDO CAPACES DE VERLO EN FEU VERT EN NINGUNA DE LAS TRES REVISIONES QUE ME HAN HECHO? Es tremendo. Cuando eres ignorante en un campo concreto, te toman el pelo como les da la gana. Después ya fui viendo otro montón de cosas que no habían hecho bien, o que podían haber hecho mejor, o que habían hecho directamente mal, y ya me quedé en Tutto.
Hace dos años pasé la ITV y esta semana tocaba pasarla de
nuevo, así que cambio de las dos ruedas de atrás, el aceite, las luces de adelante,
una correa de nosequé, el filtro de nosecual y la mano de obra (que me han
cobrado poquísima, muchas gracias), pues con todo eso he pagado 315 y me he ido
a la ITV donde me han soplado otros 51. Muy bonito todo. Y la he pasado. Hasta
dentro de dos años mi coche y yo nos encontramos dentro de la legalidad y no
emitimos gases dañinos (al menos mi coche).
En aquella zona del taller, mientras esperas, te das una
vuelta. Lo que hay en la zona son muchas tiendas de muebles. En todas pone “outlet”
pero claro, luego entras y los precios casi nunca son de outlet. Yo creo que lo
de “outlet” ya es algo que ponen allí por defecto en cualquier local, aunque
los muebles estén recién salidos de la fábrica. El precio es el de recién
salido de la fábrica.
Me fui mirando por dentro de tres o cuatro tiendas de muebles,
cotilleando porque no voy a comprar nada, y me topé con una tienda de muebles
de segunda mano. Estas me encantan a mí.
Dentro se respiraba un tufillo como a casa de abuelos
mezclado con olor a polvo. Los muebles que podías encontrar eran muy
variopintos. Tenías desde estilo Cuentame:
ese sofacito de pana, sus sillas “modernas” que solo eran modernas en los años
cincuenta, juegos de comedor de aglomerado color miel con tapizado en pana de
las sillas, vamos, un horror. Y pasabas por diferentes cosas más o menos
aceptables hasta llegar a encontrar verdaderas joyas. De estas como siempre
había pocas, pero las que había hacían que valiera la pena toda la excursión por la tienda.
Haciendo memoria, como joyas en este establecimiento
recuerdo una tetera-termo de estaño, dos jarrones chinos, un mueble chino con
espejo que podía hacer de entradita (precioso, necesitaba restauración), un
secreter absolutamente magistral, que además no necesitaba restauración (esto
era de lo más caro como es lógico), y estaba la joya de la corona, al menos
para mi retina: un juego de ocho sillas estilo Reina Ana, lacadas en negro, en óptimo
estado (casi se podría decir en perfecto estado). Lo que hacía el tema digno de
ser mencionado es el precio: 320 euros por las ocho sillas. Impresionante. Eran
de segunda mano pero como si no. El tapizado estaba perfecto (que ahí es donde
una silla de segunda mano se la juega).
Foto de silla Estilo Reina Ana de
segunda mano
Bonita ¿verdad? Yo no las puedo comprar porque no está mi
economía para fiestas, y encima ya con el rejonazo del taller, tardaré en estar
para comprar sillas. Desde mi status de parada espero encontrar trabajo pronto
o si no me voy a tener que joder bastante, para regocijo de chusmilla del pelaje de Andrea Fabra.
Al hilo de los muebles de segunda mano, me pregunto a cuánta
gente le puede gustar este tipo de sillas por ejemplo, o la entradita con el
mueble chino antiguo, o el glorioso secreter. (El término “glorioso” para
hablar de muebles y menaje, lo introdujo en mi vida Diana Paterson al referirse
un día a un juego de té “glorioso”).
Sobre los muebles antiguos: ¿a cuánta gente le gustan estas
cosas? Últimamente nos invaden programas en televisión que consisten en que un
rico, famoso o anónimo, te enseña su super casa. La cámara va pasando por toda
la casa y mostrándonos la maravillosa decoración de ésta. Cuando veo estos
programas sola, directamente los quito. Prefiero ver cotorreos o alguna serie
(amo, amo, amo con locura a Simon Baker pero eso para otro día). Decía que
cuando veo programas tipo “Super Casas” y estoy sola, los quito. No me atraen para
nada esas casas de diseño, con esas cocinas de diseño, con esos muebles de
diseño, casi todo en blanco y negro o gris. Horroroso, me parece horroroso. Lo
veo y me dan ganas de plantar cojines de ganchillo por todo el sofá para salvar
el alma de esa vivienda de la muerte. No es que sea fan de los cojines de
ganchillo, pero en el caso de esas casas tan muertas, se hace necesaria una
medida así de drástica.
Yo sí tengo algún cojín de ganchillo, pero no es de aquellos
llenos de colorines que conocemos, de los de abuela de toda la vida. Es más
discreto, de un solo color. Sin embargo en las mega casas estas de diseño me
dan ganas de meter el cojín de ganchillo más kitsch, con más volantes y más
colores que se haya tejido nunca. El alma de esas casas muere de sed. Necesitan
ganchillo a gritos.
Foto de mi cojín de ganchillo:
Cuando aparece en la tele un programa de estos de Super Casas,
si en lugar de estar sola estoy acompañada, no lo puedo quitar. A la gente por
lo general estas casas le encantan. Les interrogo porque no doy crédito, y ante mis preguntas contestan que se imaginan perfectamente viviendo entre blanco y negro, y sin
cojines, o con cojines de diseño (no estoy segura de si esto último existe).
Me encantaría por supuesto tener el dinero para poder
comprarme una casa de esas, pero me compraría otra completamente distinta. Más
como las casas de Tita Cervera. Así sí, claro.
Hola hispanohablante. Me interesan mucho tus
experiencias similares y tus opiniones. Desde España, desde América
Latina o desde donde quiera que estés, te pido que compartas tus comentarios.
¡Escribe lo que estás pensando! Con educación y respeto por favor.
muy bueno Janice! me quedé pensando en un glorioso cojín de ganchillo(pero de diseño) jaja
ResponderEliminar:) Sí, sí, ¡Se hace necesario un texto sobre los cojines de ganchillo y lo que han significado en nuestras vidas!
ResponderEliminar