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sábado, 13 de agosto de 2011

Mis www.vacacionessingles.com

Bien, ya estamos de vuelta. O como diría mi abuelo australiano: “Well, well, well, well... It seems like we're back home again”.

Diez días fuera de casa en un hotel de Aguadulce, Almería. He ido sola con mi hija, y en esta ocasión lo de sola es un decir porque he ido con vacaciones singles. Esto quiere decir que llegas allí y el organizador te tiene preparados otros veinte o cuarenta (según las fechas) singles más, cada uno con uno o dos retoños. La experiencia para mí y para la niña ha sido absolutamente novedosa, distinta de todo lo que hemos hecho antes, y realmente positiva. Nos hemos quedado con ganas de más, mucho más.

Fuimos en tren las dos solitas hasta Almería, y esto ya fué el primer acierto porque el viaje fue comodísimo. Ultimamente no tengo más que aciertos. Soy la hostia.

Cogimos un taxi desde la estación de Almería hasta el hotel (17 euros), y allí frente a recepción estaba Juanjo, el organizador de estas www.vacacionessingles.com. Nos dio la bienvenida y unas instrucciones sencillas, que una ya con los cinco meses en paro encima no está muy ágil de mente. También te da una pulsera para la niña o niño, y así cualquiera que la ve sabe que es del grupo de singles y supuestamente busca a alguien del grupo y te la devuelven (la niña). Yo no la he perdido hasta ese punto porque ya es sabida mi sobreprotección con la criatura. El viaje consistía en diez días allí en un hotel de cuatro estrellas en régimen de todo incluido, y se me da mal contar cosas que no sean dinero pero seríamos entre treinta y cuarenta singles con sus hijos. Por supuesto durante todo el día había actividades para los niños y para los adultos y podías apuntarte o no. Yo no he hecho ninguna actividad aparte de beberme todo el tinto de verano que me cabía en la barriga, y aún así lo he pasado de lujo (o a lo mejor precisamente por eso lo he pasado de lujo). La niña en cambio, siendo mucho más sensata que yo, se ha apuntado a todo lo que había para niños. Como ya se sabe, los niños no pueden beber tinto de verano y gracias a ello hacen cosas.

Nos levantábamos y estábamos en el restaurante antes de las diez y media para no perdernos el desayuno. La comida buenísima. De los hoteles españoles que he probado en pensión completa, la comida en este era la mejor (Hotel Playadulce). Sobre todo porque tenían una zona de plancha donde te hacían el pescado o carne a la plancha delante de ti y en el momento. Los pobres cocineros estaban asados, eso sí. Daba pena cada vez que te acercabas por allí, que en mi caso eran dos veces al día. No vayamos a pensar que por el hecho de comer todo a la plancha he adelgazado. ¡JA! He vuelto como un obús. Cuando los señores de la tercera edad me miran al pasar como si fuera una diosa, sé que me sobran siete kilos. El motivo de mi repentina acumulación de grasa en Almería (sumada a mi repentina acumulación de grasa en Punta Cana), no ha sido la comidita a la plancha, obviamente. Ocurre que esa comidita de plancha y ensalada, era regada siempre con generosas cantidades de tinto de verano, y rematada siempre por arroz con leche y flan o pudding. El arroz con leche estaba de muerte. Espeso como a mí me gusta y además le echaba por encima canela y azúcar. Luego le ponía al lado un buen trozo de flan o pudding o tarta y hala, a la mesa. Y así todos los días, tanto en la comida como en la cena. Dieta equilibrada. Todos los días arroz con leche, con razón no iba al baño. Había otros postres claro está pero yo cogí fijación por este.

Después del desayuno me solía subir a la cafetería del hotel a tomar un café decente (el del restaurante era mejor que en otros hoteles de playa pero tampoco es que lo hubiera cosechado Juan Valdés). En cambio en la cafetería estaba buenísimo.

Toda la mañana hasta las tres el plan consistía en piscina o playa (el hotel estaba en primera línea). Yo me apoltronaba en alguna tumbona o toalla por aquí o por allá con algún libro, periódico o nada, y la niña a veces iba al miniclub donde hacían concursos de dibujo, papiroflexia, minigolf y cosas de esas. Parte de la mañana la niña estaba conmigo y con niños de otros singles, disfrutando de la playa o la piscina, y el resto de la mañana se iba al miniclub con monitores muy niñeros y encantadores. Victoria y yo cogimos mucho cariño a Celia.

A partir de las doce y media por la piscina ya rodaba el tinto de verano y la cerveza. En la piscina estaba el bar “El Torito”, que atendían varias personas pero destacaba la eficacia, rapidez y organización de la camarera Kety. Allí tomábamos ya el primer refrigerio para evitar toda gana que nos pudiera entrar de hacer algún deporte. Si no iba yo a buscar una cerveza ya se encargada algún otro single de traérmela para asegurarse de que todos estábamos en el mismo barco: rumbo a la barriga cervecera.

El día tenía pocas sorpresas para los padres: descansar, charlar, comer y beber. Y los niños jugar, jugar y jugar. Se hizo una pandilla muy grande de niños de diversas edades. La mía no se lo ha pasado mejor en su vida. Aquí teneis una imagen de la vista desde nuestra mesa del restaurante un día cualquiera.


Por la noche había que cenar corriendo porque si no la niña se perdía la minidisco que era a las nueve y media. Lo de Victoria con la minidisco es una adicción fuera de lo normal. Ni siquiera disfrutaba de la cena y preguntaba “Mamá ¿ha empezado la minidisco?” todo el rato. Así que había que dejar el postre a veces sin terminar o terminarlo como los pavos para que Victoria se uniera al grupo de niños que había en torno a la animadora o animador y bailasen “head shoulder knees and toes”; “chuchua chuchua” y todo ese repertorio. Para ella lo más de las vacaciones ha sido ese rato de nueve y media a diez y cuarto de la minidisco. Hay que apuntarle a clases de baile pero ya.

Luego a eso de las diez y media ya había baile libre, en el que sobre todo bailaban los críos y los padres les mirábamos desde las mesas. Hombre, aquí la menda algún danza kururo se ha marcado pero con moderación. Todo esto era en una terraza muy agradable con vistas al mar. Ahí ya había espacio para que los padres y madres singles nos contáramos nuestras movidas: que si tú tienes la compartida, pues a mí nunca me ha pasado un duro “¿PERO NUNCA? ¿NADA?”. “No, nunca nada”. No veas cómo jode ver que casi todo el mundo cobra una pensioncita de cuatrocientos euros para su hijo (a veces incluso más), y yo tiro de todo solita. La verdad es que estas conversaciones casi siempre me ponen de los nervios por ver lo raro de mi situación. Me gustó mucho hablar ya en los últimos días con una chica que a primera vista no habíamos tenido ningún feeling la una con la otra, pero casualmente una noche hablamos y mira tú por donde era otra que tampoco veía un duro del padre de la criatura. Es curioso cuando te encuentras a una mujer así cómo instantáneamente sabes que hay muchas cosas por las que tú pasas que sólo ella y otras como ella entienden. Ya no es sólo la parte material que se hace muy dura (que eso también), sino que a eso has de sumarle el sentimiento diario de cómo se están riendo en tu cara y en la de tu hijo durante años. Después, en el tren de vuelta, conocí a otra más que estaba en la misma situación. Bueno ya somos tres. Me voy a callar lo que pienso de los individuos que se desentienden de sus hijos porque estábamos hablando de las vacaciones.

Las tertulias estas con copa de la noche en la terraza mientras los niños bailaban el danza kururo, el waka waka y el loca loca, eran muy agradables. Ibas conociendo a unos y a otras un poco más que por el día, con más tiempo, y veías a veces que gente que te parece muy distinta a ti luego no es tan distinta. Cada uno con sus aciertos y con sus errores. Yo he conocido gente muy especial, he tenido mucha suerte. Luego hay gente que te cae mal directamente, claro, pero eso es lo divertido de los grupos ¿no? Luego a los que te caen mal les puedes criticar con los que te caen bien, y a su vez ellos te critican a ti, y luego les saludas amablemente en el desayuno. ¡Qué bonitas son las vacaciones! Si alguien se está preguntando si se liga en este tipo de viajes, pues yo he visto poco de eso pero claro, si se ha formado alguna pareja tampoco lo van a pregonar a los cuatro vientos. Imagino no obstante que alguien ha debido pillar, y si no es así Juanjo, el organizador, repite estas vacaciones todos los años. Feliz verano a todos.


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